Page 74 - El oído chamánico
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Serie Adugo biri I 9 peyote, ayudados de tambores, sonajas y bastones con muescas” (Rouhier: 310), encuentran su equivalente en lo que matracas y palos de lluvia, y distintas sandalias con tiras de cascabeles, pero también litófonos, xilófonos y metalófonos rudimentarios, propagan en las performances de Serge Pey. Todos esos sonidos y ritmos son, en ambos casos, la sustancia indispensable que nutre la escucha del poema. En efecto, si el performer puede reivindicar, con derecho, para sí mismo y para otros creadores sonoros: “Vaciamos cuencos de sonido y hacemos beber la música” (La dirección del granizo / La direction de la grêle), es que ha sacado una lección, en su experiencia chamánica, de su escucha del “tambor que arroja / sonidos sólidos que / alimentan el dolor / de la tierra” (Nierika).60 Según Bernard Lortat-Jacob, tres lógicas musicales trabajan efectivamente entre los indios de la Sierra Madre, y engendran tres sistemas: “unas veces complementarios y otras veces conflictuales”. “El primero corresponde a una visión cosmogónica”; en él, “la música sigue el orden del mundo y se ciñe a sus contornos”. La segunda “toca a las reglas de la conducta”; la música es ahí “una cortesía elaborada”, o dicho de otro modo, una manera de convivir entre humanos y con el mundo: “Es porque se canta en conjunto que pueden ponerse en común las tierras y las herramientas, repartir las cosechas y el 60 “Tercera visión del peyote” / “Troisième vision du peyotl”. 10 de abril de 1985. 74  


































































































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