Page 73 - El oído chamánico
P. 73
EL OÍDO CHAMÁNICO I Serge Pey / Patrick Quillier / Enrique Flores las vacas” (Los afiladores de cuchillos / Les aguisseurs de couteaux: 182) puede así, con derecho, prodigar el siguiente consejo a sus hermanos en la poesía: “Llama a los saxos y / a los aviones en tus oídos” (Cuervo definitivo / Corbeau définitif). Pero la música acusmática no adquiere todo su vigor sino cuando se prolonga en forma estrictamente acústica: “El tambor / imperfecto / que resuena / escondido en el / muro acompaña / todos los cantos / de una muerte / cuyos dedos / gratuitos / aman lo que / no pueden / amar” (Rostros de la escalera de la silla y del fuego / Visages de l’échelle de la chaise et du feu: 95). La imperfección del acúsmata, su carácter impalpable, evanescente, descarnado, no sigue siendo menos necesario a la música, pues le insufla, debido a su intimidad con la muerte, una vibración interna que funciona a la manera del duende, tal como Lorca estableció su “teoría” y su “juego”.59 Así como en los tambores reales del ritual chamánico resuenan todos los tambores instalados en los escondrijos del mundo. De ese modo, su música común es nekuia: “Escucha / el tambor que / murmura y cuyo sonido / prepara una tumba / cada mañana / para la joven / Tacutsi-Metseri // Escucha el tambor / cuyo sonido prepara una / tumba de resurrección del / otro lado de la muerte” (Nierika). Así debemos entender que los “ruidos musicales cadenciados que efectúan los indios durante sus rituales del 59 Recordemos esta fórmula: “El duende no llega si no ve posibilidad de muerte” (García Lorca: 336). 73