Page 68 - El oído chamánico
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Serie Adugo biri I 9 canto una materia maleable y hasta moldeable, como la arcilla del escultor o la gleba del labrador: “Y yo campée el canto / entre mis manos” (Nierika). Ahora bien, ese moldeamiento en el espacio de una materia llamada a convertirse en forma de belleza o matriz de simientes proporciona el lugar abierto en el que podrá desplegarse lo que Pey llama la “marcha del poema”,54 es decir, en este caso, la realización del poema en la performance, oficio que nos exige tomar al pie de la letra, o más precisamente al pie de la voz, la afirmación siguiente: “Camino en lo que canto” (Los afiladores de cuchillos / Les aguisseurs de couteaux: 139). Lo que convierte al poeta el hombre de un circuito incesante entre los órganos, ya que puede ser llamado así: “Ese que puede / hablar por la / boca / porque pasa por / el oído / porque pasa por / los ojos / porque pasa por / los pies” (Rostros de la escalera de la silla y del fuego / Visages de l’échelle de la chaise et du feu: 57). Ese circuito, vía la boca y el oído, de la mano al pie, puede decirse también del pie a la mano. Sobre todo, induce un principio, no solamente de colaboración, sino incluso de intercambiabilidad entre todas las partes del cuerpo. Algunas de ellas pueden ser 54 Esto puede leerse en un llamado lanzado por Serge Pey en 1985, por “una marcha mundial de la poesía”: “A veces encontramos / un pie / del otro lado de la página / para significarnos / que no escribimos / sino que caminamos / y que hay que afilar nuestros lápices / hasta el final de nuestros zapatos”. A lo que hace eco, entre otras, la fórmula siguiente: “Escucha / mis pies fuera de mí / que caminan hacia mí” (Dios es un perro en los árboles / Dieu est un chien dans les arbres: “Poétique”). 68