Page 66 - El oído chamánico
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Serie Adugo biri I 9 aunque no deje de ser menos verdadero que emana de la fuerte alianza que se anuda, en el estado de conciencia inducido por el peyote, entre la audición y la visión. Es, por ejemplo, lo que Rouhier ha descrito con el nombre de “audición visual” (Rouhier: 310), y que es, consecuentemente, más elaborada que las audiciones coloreadas descritas en algunas patologías, o invocadas por Olivier Messiaen a propósito de algunos pasajes de sus composiciones. En estos últimos casos, las texturas sonoras suscitan automáticamente imágenes o espejismos de colores que se esbozan y se animan de manera abstracta. En los casos que nos interesan aquí, se produce el surgimiento de un espectáculo tan completo como complejo, en el que formas realistas actúan de modo inesperado, sin que la extrañeza de las escenas que se despliegan así sea en ningún momento un obstáculo que impida considerarlas como reales. El mecanismo es éste: “Las impresiones sonoras se transforman en alucinaciones visuales” (Rouhier: 309). / porque el hombre nació / de un oído que ve / y todo oído imita al niño / que gira en el vientre de una estrella” (La mano y el cuchillo / La main et le couteau: 55). “Haz que nuestros ojos / tengan oídos / y nuestros oídos ojos / y nuestra lengua una mano / y nuestra mano una lengua en el fuego” \\\\\\\[...\\\\\\\] // Haz que nuestras palabras / sean / peces / en los oídos / infinitos / de nuestras prisiones acabadas” (recital de junio de 2003). “El silencio atraviesa a una muñeca / de paja con botones / que le cosen los ojos y las orejas” (Cuervo definitivo / Corbeau définitif).   66 


































































































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