Page 67 - El oído chamánico
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 EL OÍDO CHAMÁNICO I Serge Pey / Patrick Quillier / Enrique Flores El oído es a menudo transportado hasta el fondo de los miembros, y aunque no es posible realizar aquí un estudio profundo de todas esas uniones tal como se presentan a lo largo de la obra de Serge Pey, sí comentaremos algunos ejemplos en los que oído y mano, y luego oído y pie, contraen justas nupcias. En efecto, no hay que olvidar estas afirmaciones: “El poema no nace del oído / no tiene manos en los ojos / no camina con los pies / arranca las lenguas / y amordaza las bocas” (La mano y el cuchillo / La main et le couteau: 55).53 A partir del momento en que un poema nace del oído chamánico, más allá de que el oído y el ojo se penetren el uno al otro, se efectúan otros acoplamientos: “oído-boca, oído-lengua, mano-ojo-oído... Ese poema termina incluso por sugerir que sólo la mano (activada, sin duda, por lenguas de fuego) puede auxiliar y curar a los oídos defectuosos: “La izquierda y la derecha del fuego / se reúnen / en la mano espesa del cielo / y voltean los oídos / que no han escuchado” (La mano y el cuchillo / La main et le couteau: 56). Serge Pey inventa el verbo campear \\\\\\\[champter\\\\\\\] para indicar la acción consistente en conferir espacio, plasticidad y fertilidad (sin duda, también corporalidad) al canto hecho posible por la asociación del oído y el ojo. Y para hacerlo, hay que recurrir a las hábiles virtudes de la mano. “Campear el canto \\\\\\\[champter le chant\\\\\\\] es hacer del 53 La experiencia chamánica desata esas mordazas: “Peyote / que saca una mano / de mi garganta” (Nierika).  67 


































































































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