Page 61 - El oído chamánico
P. 61
EL OÍDO CHAMÁNICO I Serge Pey / Patrick Quillier / Enrique Flores La física y la química particulares de los cuerpos astrales no está, por cierto, separada de la de los cuerpos vivos, pues todos surgen de la misma sustancia. Una curiosa escena nos permitirá comprobarlo. Se trata de la última estrofa de un poema que entrelaza los movimientos del baile flamenco y los de la tauromaquia (Los afiladores de cuchillos / Les aguisseurs de couteaux: 170). El bailador hace un agujero en la luz, mientras que el torero “hunde en el reloj del toro / \\\\\\\[...\\\\\\\] / la aguja de su reloj de pulsera”. Espacio y tiempo se encuentran, por tanto, abiertos como nierikas. Entonces se dice lo siguiente: “El hombre muele / en un mortero de estrella / un oído de ojo”. Un mortero es un agujero en la piedra, un oído es un agujero en la cabeza. La estrella difusa de la luz, la percibe el ojo. Pero ¿por qué se asocian aquí mortero, estrella, oído y ojo? Esta extraña ecuación de cuatro incógnitas podría resolverse de manera plausible en el marco de las enseñanzas recogidas hasta aquí. Para hacerlo, habría que considerar que aquí la acción del hombre consiste en activar una clariaudiencia-clarividencia a fin de percibir a la vez que los hombres / devolvieron / su luz / cantando / pues el sonido es un / espejo / visible” (Nierika). “Padre sol Tayau / \\\\\\\[...\\\\\\\] Tienes la oreja negra / del tambor transfigurado / por las falanges del / peyote” (Nierika). “El sol no es más que un poco de ruido” (La mano y el cuchillo / La main et le couteau). “Así los anuncios de la radio / son el ruido del sol / como el canto del burro en el patio // El sol del alba / sabe que él es un gallo / o un asno / o la música de una radio” (El horizonte es una boca torcida / L’horizon est une bouche tordue). 61