Page 58 - El oído chamánico
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Serie Adugo biri I 9  Te invité a danzar / en la música sin / música de todos / los planetas.46 Si la lluvia es esa versión de las aguas que permite el paso a las manifestaciones meteorológicas, la aproximación de las dos expresiones citadas como epígrafes nos autoriza también a ascender al espacio interplanetario. En efecto, hay un punto en común entre los grandes acontecimientos climáticos y los movimientos del cosmos: una activación de ritmos complejos, regidos por las leyes estadísticas de los grandes números, un poco como las nubes estocásticas a las que la música de Xenakis nos ha abierto los oídos. Esas combinaciones masivas que pulverizan todos los tiempos pulsados, polirrítmicos, de músicas humanas o animales, son justamente esos “ritmos que el ritmo no conoce”, esa “música que no hace música”, a los que nos referimos. “Hay que escuchar”, agrega Serge Pey, “el latido del ritmo del universo, esa pulsación infinita que va de la estrella al poema” (La lengua arrancada o la poesía oral de acción / La langue arrachée ou la poésie orale d’action). ¿Habría, por lo tanto, que hablar en él de un oído ejercitado en la escucha de eso que los pitagóricos llaman música de las esferas? Seremos prudentes en ese punto, considerando que, también ahí, la referencia primera, la que divina” / “Comment branler le Bouddha. Contribution à une dialectique de la masturbation divine”. 46 Los afiladores de cuchillos / Les aguisseurs de couteaux: 63. 58  


































































































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