Page 52 - El oído chamánico
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Serie Adugo biri I 9 solamente a partir de sus propios oídos, sino a partir del oído mismo del mundo. Se crea, de este modo, todo un sistema de entrelazamientos que hace de todo canto el eco de todas las cosas, e inversamente.39 Así el poeta puede afirmar con todo derecho: “Soy el oráculo del viento torcido por la boca (Los afiladores de cuchillos / Les aguisseurs de couteaux: 162). La atención al paisaje sonoro es, entonces, a la vez escucha de los sonidos y escucha de las escuchas. En esas condiciones, la naturaleza entera puede ser concebida como un inmenso sistema audiofonatorio, en el que todas las cosas se vuelven alternativamente boca u oído.40 El oído chamánico es capaz, por ejemplo, de percibir el “color” de un “toro contrario” como si fuera “un oído de sílex / que nos oyera / oculto tras un vocabulario de nubes” (Los afiladores de cuchillos / Les aguisseurs de couteaux: 178). La imagen del “toro contrario” permite presentar el reverso de la naturaleza a la vez pasocomo caja de resonancia y como instancia de escucha, en una circularidad de vibraciones que pone en acción la lógica del eco generalizado. No es necesario trazar aquí el catálogo razonado (y resonante) 39 No estamos lejos aquí de las concepciones expuestas por Herder: “Todo confluye y deviene uno en el hombre interior” (Herder: 106). O por Leibniz: “Todo es conspirante sympnoia panta, como decía Hipócrates” (Trabant: 70). 40 También nos lo recuerda Boris Gamaleya: “El arrendajo escucha al ganso salvaje. Y el ganso salvaje escucha a Liszt. Y todos los que escuchan a Taniou escuchan al arrendajo...” (Gamaleya, 2004: 245). 52