Page 50 - El oído chamánico
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Serie Adugo biri I 9 en un fósil fugitivo en lo más íntimo de lo vida, y animado de vibraciones a la manera de un espléndido instrumento percutivo de la familia de los litófonos —“Y la flor se / convirtió en una piedra / viva y sonora”—, sino que incluso se le emparente a veces en su nominación con otras especies vegetales, con otras flores —“Habla rosa verde y vierte el sonido en el oído”—.36 A cambio, otro tipo de rosa puede perfectamente enseñar la escucha acusmática: “Un nombre / se vuelve un rostro / o una rosa / después canta / como una / abeja” (Visages de l’échelle de la chaise et du feu / Rostros de la escalera de la silla y del fuego: 12). Otras flores son capaces de dar “la hora / a los relojes”,37 o de “inventa\\\\\\\[rles\\\\\\\] yunques a \\\\\\\[sus\\\\\\\] perfumes”. Otras más “se convierten en la plegaria de los guijarros” (La dirección del granizo / La direction de la grêle)... Son, así, capaces de practicar un pozo en ellas mismas, para hacerle una cueva acogedora al eremita y a sus ejercicios espirituales: “En la célula sonora de la flor me arrodillo sobre una piedra de silencio y de hostia” (Los afiladores de cuchillos / Les aguisseurs de couteaux: 162). Todo paisaje sonoro se hace entonces propicio a la escucha chamánica. Aunque no fuera sino en nombre de un principio de eco generalizado que define al mundo entero como un verdadero templo de ecos. En su infancia, Serge Pey y su hermano iban a 36 “Encuentro con el peyote” / “Rencontre avec le peyotl”. “Adaptación de un canto ritual”. 1989. 37 Recital ofrecido en junio de 2003. 50