Page 31 - El oído chamánico
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 EL OÍDO CHAMÁNICO I Serge Pey / Patrick Quillier / Enrique Flores entra por todas las ventanas del río” (Los afiladores de cuchillos / Les aguisseurs de couteaux: 155). Más allá, en una percepción intencionalmente escandalosa, es Cristo mismo el que hace retumbar, patafísicamente se creería, una ocurrencia no menos jubilosa que fortificadora: “Jesús rio incluso en la Cruz. / Todavía oímos resonar su risa de amor” (La dirección del granizo / La direction de la grêle). O más aún, un ruido percibido deja oír en él otro tipo de sonido, provocando que todo el entorno de un paisaje sonoro se vuelque en otra dimensión: “Escucha: un ángel orina contra un muro sin perturbar la luz. / Escucha una segunda vez: ahora el muro lame toda la luz” (Los afiladores de cuchillos / Les aguisseurs de couteaux: 79). Pero el momento más estremecedor, precioso y crucial de la escucha alucinada, es aquel en que se escucha un canto venido de ninguna parte, de otra parte, del agujero sin fin en que el oído ha vaciado el mundo.13 En las diferentes tradiciones, los cantos que articula el chamán durante o tras su experiencia, se consideran generalmente como una reproducción de los cantos escuchados en la fase alucinatoria. Y las palabras de esos cantos son a menudo prescripciones o incitaciones a escuchar cada vez mejor los cantos mismos. Marino Benzi transcribe como ejemplo todo un canto, cuyos primeros versos son los siguientes: “Escucha la 13 “Escuché cantar en uno de mis oídos.” Tal es el testimonio, seco pero no menos conmovedor, de un experimentador citado por Alexandre Rouhier (286).  31 


































































































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