Page 25 - El oído chamánico
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EL OÍDO CHAMÁNICO I Serge Pey / Patrick Quillier / Enrique Flores que por insinuación, viene a certificar la profunda autenticidad de una escucha chamánica activa en el ejercicio de esta poesía. Por eso puede decirse: “La verdad es una campana que hace sonar su verdad” (Los afiladores de cuchillos / Les aguisseurs des couteaux: 112). En efecto, Pey no se contenta aquí con desviar la expresión hecha: “sonido de campana” \\\\\\\[son de cloche: ‘cantinela’\\\\\\\], sino que reivindica en el plano gnoseológico una especie de relativismo nietzscheano propio para festejar de vibraciones los instantes sucesivos de una conciencia enteramente modelada por una escucha intensa. Eso que emana de la campana en movimiento es el canto mismo del mundo, al que el poeta debe estar atento para insertarlo mejor en su propio canto. En esa perspectiva, la experiencia de la hiperacusia chamánica consiste en vivir continuamente un vértigo fundador, gracias al cual las relaciones con el mundo son de intercambio creador: “Un hombre mantenía las sienes en una campana recitando de pie la plegaria de los perros” (Los afiladores de cuchillos / Les aguisseurs des couteaux: 185). La paradoja de un vértigo tal es que induce un derrumbamiento inminente que no puede ir sino hacia lo alto, según un eje vertical, exactamente como se eleva una oración o, en la noche, un ladrido: caída ascensional, según las leyes de dulce ligereza que dicta el tono. Una letanía de Nierika asocia por cierto la pluma —elemento extraído del ala (¿del pájaro o el ángel?), dispersada por el soplo del viento (y/o la 25