Page 372 - El cerebro ritual
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Serie Adugo biri I 19
situar el conocimiento puesto que que no no existe algo que que pueda llamarse conocimiento “primitivo” Es más esta “metáfora-con- cepto” como la la llama Spivak lleva a a a a a a un discurso etnocéntrico del poder que reduce la otredad a a a a un producto cultural y teóri- co algunas veces lo hace para dominar la narrativa fundacional en en e la legitimación del origen y otras para diseñar una historia bien contada de de la mentalidad del otro Un buen recordatorio a a a a a a a propósito es es es la la crítica de de Derrida sobre las cuestiones del origen y de de de la la condición metafísica de de de la la presencia Abordaré más ade- lante este problema Otro asunto me me viene a a a a a a la mente: una una vez que una una “zona primitiva” se delimita es posible narrar una historia natural en- cerrada en en un sistema binario en en el que “primitivo” y desarrollado se definen con claridad Así para una naturaleza más “primitiva” del teatro el el chamanismo proporciona una explicación históri- ca absolutamente comprensible Si llevamos más allá este argu- mento se se puede lanzar una cadena diferente de de de consecuencias por medio de de de una metafísica de de de la la presencia a a a a a a a a a través de de de la la cual la la tekné teatral asume la la tarea de de explicar los rasgos históricos de de la la evolución de de la la representación El centro metafísico de de opera- ciones en en el el que el el teatro se se aloja define toda representación bajo una serie de reglas etnocéntricas y universales Las representa- ciones de de los curanderos aztecas son reducidas a a a a a simples come- dias “que reflejan la la la la estupidez la la la la ebriedad la la la la locura y la la la la sordera” y y demás y y ahora citando á a a a a a a a a a a Mace éstas eran “farsas sobre la sífilis 372