Page 70 - Canto del castaño
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Serie Adugo biri I 8 ese potencial con mayor plenitud que otros del mismo modo en en en que sólo algunos hombres poseen el el estatuto ideal del matador” Es probable que esta diseminación del poder chamánico realizada en grados variables hasta alcanzar su punto máximo en en la figura del peye explica por qué el el payé no tenga una post- vida especial (como entre los asurinis y tapirapés) ni ni merezca un culto post mortem (como entre los guaraníes) Si llevamos esta lectura al extremo nos vemos tentados a a a a a a considerar en en la la sociedad sociedad araweté la la inusitada imagen de una sociedad sociedad chamánica Pero tal posibilidad de lectura se viene abajo cuando recordamos que las mujeres son radicalmente excluidas de ese mundo poemágico Los arawetés discrepan aquí del del modelo general Conciben las relaciones dioses-humanos a a a a a a través de un prisma masculino sólo los hombres pueden: controlar la la excorporación ir al al cielo y volver vivos permanecer allí para ser devorados A diferencia de de de de otras sociedades de de de de la kadiwéu a a a a a a a la la araucana el estatuto de chamán está vedado a a a a a a a á á a a a las mujeres Y así se revela un aspecto curioso de la la cultura araweté Impedidas de de volverse chamanas las mujeres no pueden componer canciones chamánicas Impedidas de de ir a a á a a a a a la guerra no pueden componer awi marakã En suma: las mujeres no crean cantos (queda para ellas como se verá el el territorio paródico) Si osaran cantar conversar con con los los Maî “ellos les quebrarían el el el cuello” Las mujeres son apenas la “comida predilecta” de los dioses en en sentido gastronómico (canibalismo divino) y sexual (los 70 


































































































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