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Este repositorio tiene el objetivo de concentrar, de manera ordenada y sistemática, los resultados de la documentación en campo de
materiales orales en todas las lenguas habladas en México: no sólo el español y las lenguas que hablan los pueblos indígenas, sino también una serie abundante de
lenguas que se hablan en el mismo territorio como resultado de distintas migraciones. Su propósito es permitir la consulta de esos materiales no sólo a especialistas
de diversas disciplinas, sino también a las distintas comunidades en las que se documentaron.
El archivo de materiales sonoros, videográficos y textuales al que se puede acceder desde esta plataforma electrónica se ha construido colectivamente.
Reúne el trabajo de muchos documentadores que, por diversos motivos, se han encargado en distintos momentos de la historia de registrar las narraciones,
los cantos, los gestos y la memoria hablada de las personas en México. Pero también es una construcción colectiva porque sin todas esas voces y todas esas
personas este material no existiría.
Fragmentos aleatorios de Actos Comunicativos
Cecilia Rodríguez Torres
LAURA: ¿Oye, y para ti qué es la música?
CECILIA: ¿La música?
LAURA: Sí, ¿qué es, qué significa para ti la música, tocar?
CECILIA: Ay [risa], pues, este, bueno, pues como todos dicen, es un arte, así como las manualidades, el barro [mjm], todo eso es arte porque es algo que hacemos con nuestro cuerpo, lo hacemos con la garganta, el estómago y, y las manos y todo, desde los pies hasta la cabeza. Lo tienes que sentir. Entonces, pues es algo que también tienes que transmitir hacia la gente. Por ejemplo, si estás triste, este, por ejemplo, esta música que tocamos es muy feliz, es muy feliz esta música, y que a bailar y todo; por ejemplo, si estás triste, no sé, qué sería, pues no, nosotros no tocamos música triste [risas]. Y, bue…, eh, o sea, mi punto es que: tratar de transmitir a la gente la felicidad que tú sientes [mjm], o sea, por ejemplo, por medio del, del tambor y de la voz, así por ejemplo, orita están así, que bailando y así, es lo que tratamos de hacer. Para mí la música es así como un método de transmitir lo que tú sientes. Por ejemplo, mi papá y yo casi siempre estamos felices [risas].
Elia Obdulia Aburto Vásquez
Abraham Aguilar Gómez
ABRAHAM: Este, y todas estas ánimas ¿son de personas que usted no conoció en vida?
ELIA: No, jamás en mi vida las había visto, ni las conocía ni nada. Yo creo que ni siquiera estaba escrito que yo iba a nacer cuando ellas estaban aquí.
ABRAHAM: Ajá, ¿y ha visto algún ánima de alguien que usted haya conocido en vida, que se le haya presentado, o que, que le haya pedido algo?
ELIA: Al único que he visto, que se me presentó, porque yo le pedí mucho a Dios que, que este, que si estaba con él, esa anima que si estaba con él, que si estaba allá con la virgen de Guadalupe y me lo mandó, y me lo dejó ver, como si estuviera vivo, este, fue a mi hijo hace, tenía como unos cuatro meses de muerto, él ahorita tiene dos años que para mí son dos meses, pero, este, a él sí me lo mandó en pleno día. Y le daban, la, la, la, la luz del sol que estaba en el patiecito le daba hacia, hasta adentro del cuarto y le daba a él la luz. Y yo sí lo vi cuando entró, le hablé, él nunca me contestó. No me habló ni nada. Yo platiqué con él como si, como si estuviera vivo, como si, como si viviera conmigo, no me dio miedo, no sentí nada, le vi sus ojos, le vi su cara, le, su cuerpo, como él era y todo y luego ya, nada más después dio a vuelta por enfrente de mi cama, por los pies de mi cama y se desapareció. Pero sí, de repente lo siento cuando viene, siento a mi mamá, a mi papá, pero más a mi mamá. Y este, pero, sí, pero sí ya ahorita ya, le dije: Dios mío, Madre Santísima, te voy hacer un paquete, te llevas a mi mamá, mi papá, mi nana y mi hijo. Mi nana murió un mes antes que mi hijo, mi nana me cuidó desde que nací hasta que cumplí once años, y este, y ella, ella murió un mes antes que mi hijo y pues, se me fueron los dos juntos y pues hice paquete, se llevó a los cuatro y ya. Nomás le pido a la virgen y a Nuestro Señor que me ayude cuando necesito y cuando no necesito, agradezco, porque luego no agradecemos. Y, este, y pues ya, eso es lo que hago yo últimamente y si hay alguna ánima en alguna otra casa empiezo a pedir, porque luego me dicen:
—Es que, nos espanta bien feo, nos hace esto, nos hace lo otro.
Entonces empiezo a pedir con tiempo para que, para que esa ánima el, que está tan agresiva e vaya calmando y para que vea que no queremos hacerle daño, sino que le estamos pidiéndole a Dios para que ella se vaya a descansar y nos diga qué es lo que necesita y en qué podemos, nosotros, en lo que está dentro de nuestras posibilidades, ayudarla, para que ella pueda irse a descansar. Si ella está enterrada allí, pues para sacarlo y, y llevarlo al panteón y todo eso. Pero sin decirle nada a nadie porque sino nos toca las autoridades, irle a decirle a las autoridades y se hace un escandalazo tremendo que pues no, mejor este, lo agarramos en una cajita en una bolsita y, o en una bolsita y nos vamos al panteón y en una, en una tumba metemos, le hacemos un huequito y metemos allí la bolsita y la cajita y le tapamos y ya.
del acto comunicativo: Entrevista con Salud Padilla Saucedo
Salud Padilla Saucedo
Paulina Nicolás Vargas
PAULINA: Me gusta cantar al viento, señores,
porque soy un rancherita
con mi caballo galán,
oigan todos, señores,
estas bonitas canciones.
Me gusta cantar al viento, señores,
porque soy un rancherita,
con mi caballo galán,
oigan todos, señores,
estas bonitas canciones.
Así, así cantaba él.
BERENICE: Está muy bonita.
PAULINA: Y ahí cantan muchos de las pastorelas, allí. El que canta bien, ese lo dicen: “no, él, quiéremos que cante él” [mjm], mjm.
BERENICE: ¿Y es esa canción la que cantan, el, o sea, los rancheros?
PAULINA: Mjm. Sí.
BERENICE: ¿O al…, se cantan como más?
PAULINA: No, ese, con, con la pareja, pues, con ayudante, ranchero [mjm] y ranchera, y, este, los enseña, el que, el que es mayor ya de, el que, este, da clases de eso [el maestro], mjm, maestro [mjm]. Y a esos ya, este, les diga ya que canten. O qué a, este, en qué hora baila, ya, baile general, pa que todos bailan [mjm]. Él es que andan. Ese también ya se murió, pues, ta..., el que está en el disco: Natividad. Él era maestro de los pastorela [mjm], y de músico. Pero músicos, no había los, esos diablos, no, mmm [no había]. Es un señor que sabía tocar bonito, bonito, ya se murió. Se llamaba Emilio Diego [mjm], Emilio Diego se llamaba. Un señor de antes, cuando yo estaba chiquitita, ajá.
BERENICE: ¿Y cómo era la música que tocaban?
PAULINA: ¿Eh?
BERENICE: ¿Y cómo era la música que tocaba ese señor, Emilio Diego?
PAULINA: Este, no era, era un clarineta [ah], era un clarineta que, que tocaba él [mjm], mjm. Y ahí, pues, con el grupo, pues, andaba ya, tocando.
del acto comunicativo: "Pero en la calle... es un escenario hasta peligroso"
Carlos Rojas Martínez
LAURA: Yo tengo una pregunta.
CALICHE: Ajá.
LAURA: ¿Por qué Caliche?
CALICHE: ¿Por qué Caliche? [ajá] ¿De Caliche, de mi nombre? [ajá] Ah, porque me decían, de niño, Caliche, porque, me imagino que, sí, hay, hay unos tíos del sur de, de, de México, que, no lo sé de cierto, pero creo, ah, ellos empezaron a decirme, después todos me decían Caliche, Caliche, Caliche [ah], que es una forma de decirle Carlitos al, a la gente en el sur. De hecho, más al sur, en América del Sur, o sea, eh, pero sé que mis parientes son, este, de por Chiapas, y, Chiapas, Yucatán y el sur de Veracruz. Entonces, eh, cuando venían ellos seguro me empezaron a decir, como mi papá es Carlos, yo soy Carlos: Carlos, Carlitos, Caliche, Calichito. Ah, y ya después me enteré que se, significa varias cosas y me gustó el, el, el, es que, el caliche es la piedra caliza, ¿no?, la piedra donde se, se, hay un proceso para sacar la, la cal, bueno, pues es, de esta piedra se saca la cal, ese es el caliche [mm]. Pero es una palabra gitana también y, y el caliche, eh, se puede referir como una forma, como la jerga también, un poco, como la jerga de tal o cual lugar. Entonces fue interesante. Caroma pues es un acrónimo, ¿no?, Carlos Rojas Martínez, Caliche Caroma. Y pues porque no me gusta mi nombre, eh, es como muy común y hay homónimos muy culeros, y [risas]. Y eso es parte de, de, de, de, del artista, ¿no?, yo creo que se inventa de, de todo, y ¿por qué no cambiarse el nombre?, ¿no? Ah, o sea, si te, te, hace muchos años yo me, ya me asumí como que me iba a dedicar a algo y de eso iba a vivir, obvio la música para mí, eh, es, es una acompañante, pero yo no soy músico, de, propiamente. O sea, yo he estado, tengo la suerte de poder acompañar o estar al lado de buenos músicos y ellos, digamos que me comparten un poco de su magia, ¿no? Soy percusionista, no toco, em, instrumentos aún, no toco, eh, instrumentos, eh, melódicos, armónicos, ¿no? Pero ya lo haré, quizá. O sea, solo quiero especificar que eso, más bien lo mío es la literatura, ¿no? Eh, para lo cual pues sí he estudiado mucho y sí me ha costado harto trabajo, me ha costado mucho trabajo, eh, no digo que la música no es [risa], claro es muy muy difícil, pero sí, sí, no me asumo con esta etiqueta [mjm] de músico. Pero es muy interesante el trabajo de los músicos en la calle, y estar al lado me ha posibilitado hacer algunas crónicas [mm]. A ve…, se va a publicar en un libro, creo que tiene que ver la UNESCO y el Ayuntamiento de Morelia, eh, justo cinco estampas sobre los música callejera en Morelia, y es como el resumen, un poco, de esto que les paltiqué ahorita, ¿no? [mjm]. Eh, de, es, eh, cinco, cuatro, cinco o cuatro es…, es que no recuerdo, pero son, este, son pequeños cuadros de, de cosas que pasaron así, muy significativas, con la música en la calle [órale]. Eh, y pus nada, que la, la calle es de quien toca ahí, creo [mjm].
César Hernández Elizondo
LAURA: Oye, ¿qué te ha sido de la música, este, en tu vida? este…
CÉSAR: Pues yo creo que a, pues a ser un, bueno, a tratar de ser lo más libre que se pueda, ¿no?, o sea, en el sentido de que, pues sí, ¿no?, o sea, socialmente, culturalmente, la música o, o quienes ejercemos este oficio, ¿no?, o es…, esta actividad, pues suele verse como, pues algo de no tanta relevancia, ¿no?, o sea, como si fuera un hobbie o, pus algo alterno, ¿no? Pero pues, pues para mí la música pus ha sido como mi salvavidas, ¿no?, sí, en muchos sentidos, en muchos sentidos.
LAURA: Y ¿por qué…?, bueno, ya estando en el DF, pues decidiste como, ya teniendo como tú una carrera musical, ¿porque decidiste venirte a estudiar otra vez acá a Morelia?
CÉSAR: Ah, porque, bueno, pues en, en alguna ocasión, este, o sea, yo terminé, bueno, es que sí es un poco largo, no sé si, ¿no hay, no hay pedo si…?
LAURA: No, no, no, [CÉSAR: ah, ah, va] tú suéltate, es tu, es tu espacio, de veras.
CÉSAR: Va [liberate], chido [risas]. Bueno, yo antes de, de haber estudiado música, yo estudié sicología, la carrera, me la aventé toda, nunca me titulé y nunca ejercí [risa], pero pus yo me la aventé, ¿no?, así, a, a, a tiros y jalones, y, y, pus así fue el bisne. Después, este, me aventé como cinco años así, fuera del ámbito académico, ¿no?, na más tocando en la calle, me fui de viaje así, eh, pus por aquí, ¿no?, por la República Mexicana, con mi guitarra, todavía no traía el saxofón, traía la guitarra y… Ya, este posteriormente, eh, pues un día así como que pensando qué hacer con mi vida, así, neta, estaba así como que, pus bien triste, ¿no? [risas] En, en mi casa, y, y me acordé que alguien me había dicho que la UNAM tenía una carrera de producción musical. Pus a mí se me hizo muy raro, ¿no?, porque dije: “Pus yo tantos años en la UNAM y nunca me enteré” , y, y siempre estuve como buscando, ¿no? [sí], buscando opciones, que tuvieran que ver con la música. Y, pues total, este, agarré un día, y sí, me metí al internet y vi: “Música y tecnología artística”, dije: “Ah, chingá”. Y ya, y justo faltaban dos o tres días para que se acabara el proceso de, de registro. Y así, dije, tenía como quinientos pesos ahorrados, y dije: “Chingue su madre [risas], ¿no?, vámonos, ¿no? ”. Pa, pagar el examen, ya allá, pus ya sé como la iba armar, ¿no? [sí, sí] Bueno, aunque había la reserva porque no, no en todos los lugares te dejan trabajar libremente en la calle. Ese era como que uno de mis temores, de no poder salir a, a tocar.