Page 82 - El oído chamánico
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Serie Adugo biri I 9 Un trance. Ritmo y trance. Trance en el sentido de hallarse, por ejemplo, en un trance de muerte, como se definía antiguamente: “El punto riguroso, u ocasión peligrosa de algún caso, u acontecimiento \\\\\\\[...\\\\\\\]. Del latino Transire, que significa passar. Llámase así también el mismo suceso, o acontecimiento. Latín: Discrimen. Periculum” (Aut.). Pero, a la vez, por supuesto, en el sentido de trance chamánico: estado psíquico alterado, de éxtasis, onírico, dormido despierto, de viaje interior o a otros mundos que, como decía Paul Éluard, están en este.2 Y ritmo en el sentido del proceso que induce ese trance —“el tambor es el caballo del chamán”, decía Mircea Eliade (1976: 148)—, pero asimismo en el que explora Henri Meschonnic a todo lo largo de su obra, y especialmente en la Crítica del ritmo, como proceso formador de la subjetividad y el sentido, ajeno al dualismo y a la lógica del signo, político y empírico, que hace confluir el lenguaje y la vida, lo corporal y lo mental, la visión y la escucha, y también —aunque Meschonnic se resista a ofrecerles un lugar principal en su poética—, el ritual y el desmembramiento. El ritmo “irreductible al signo”; el ritmo “interior al discurso, que, siendo lenguaje, es el único efecto y la única actividad del no-lenguaje que es el cuerpo”. “Individual \\\\\\\[y\\\\\\\] colectivo indisociablemente”; 2 “Il y a assurément un autre monde, mais il est dans celui-ci”. La fórmula transmitida por Éluard proviene del suizo Ignaz Paul Vitalis Troxler, mencionado por Albert Béguin en El alma romántica y el sueño.  82 


































































































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