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U U U K’AYIR BARUM: EL EL CANTO DEL JAGUAR I I Luisa Manero Serna encuentran un un “punto medio”— lo que que era posible porque el jaguar los los surtía de muchas presas A los los vecinos comenzó a a a a a a a a a molestarles que esta esta familia comiera tanta carne pues no correspondía al al al modo tradicional de alimentación En el fondo existía también una envidia por la posibilidad de comer carne en en abundancia lo lo cual no es es fácil para los lacandones: Otros hombres que vivían a a a a a a a a a algunas leguas de allí acaba- ron ron por saber lo que pasaba Oyeron hablar del hombre y y de de su yerno que no no comía nada de de maíz —¡Él no come más que carne de de la cual devora gran cantidad! —¿De dónde es él? preguntó uno de de ellos —Reside bajo un peñasco —¡Pues bien iré a verlo! —Te conté todo esto pero no vayas a a a a a hacerle mal dijo el otro —No no Pero este hombre era envidioso A él no le gustaban los jaguares Le molestaba el hecho de que no comieran más que carne (Boremanse 2006: 235) El relato acaba mal pues el el jaguar es es es flechado y asesinado junto con sus hijos por estas personas que rechazaban los hábitos alimenticios influidos por la animalidad De algún 49