Page 551 - El cerebro ritual
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EL CEREBRO RITUAL I I Gabriel Weisz
su trasfondo Hallamos en el Museo de París que solía servir a a a a a a los intereses del arte “primitivo” un recordatorio útil de de aquella relevancia que tuvieron la la estética antropológica y la la etnografía Para sostener mi argumento véase cómo Jean Guiffrey curador de cuadros en en el Louvre por los años veinte era lo lo suficiente- mente ignorante como para preguntarse de manera sarcástica si resultaría “paradójico comparar los barruntos de civilizacio- nes que se han mantenido en en su infancia [ ] con las obras más perfectas del genio humano” (apud Price 2002: 34) El Louvre a a a a a a a a a a veces sostenía una actividad colonial retrógrada mediante la duda de de si estas manifestaciones alcanzaban las demandas esté- ticas de de de las obras de de de arte aceptables para su nivel de de de exigencia Había una estructura general que definía la estética como lo ya conocido Los surrealistas por otro lado invocaban lo exótico como bastión contra un conservadurismo de de derecha fincado en la estética concebida como orden y belleza al objeto “primitivo” y exótico se le le impregnaba el aura mágica de los rituales “paga- nos” Subsisten varios términos que deben cuestionarse como lo “primitivo” lo “exótico” y otros que no explican la cultura por- que simplifican la otredad y y crean un contexto cultural apoyado en en impresiones que excluyen la vasta complejidad de un grupo dado que podría estar empleando instrumentos simbólicos má- gicos y rituales en respuesta a a a a a a una variedad de propósitos Otro problema con con el recurso exótico es que la otredad se convierte en un espectáculo cultural arreglado explícitamente para atraer la la 551

































































































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