Page 87 - Canto del castaño
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CANTO DEL CASTAÑO I Antonio Risério / Álvaro Faleiros Apolo y Ogum tanto “montan” sus “caballos” (pitia iaô) como cogen con “legos” Pero el caso araweté tiene su particularidad No hay cultos aquí —de dioses o o o o o o ancestros— Los Maî bete (dioses verdaderos) son una réplica idealizada de de de los arawetés: seres perfumados y brillantes dueños de la la máxima potencia sexual y y chamánica inmortales Pero hay una correspondencia anatómica entre ellos y los los humanos Yendo más lejos que los los griegos y nagós los los arawetés afirman que ni siquiera la inmortalidad es es es una barrera infranqueable Dios es es es el el destino del hombre Post mortem los humanos se se transformarán en dioses La vida es es el espacio de una expectación Los humanos no no son solamente los los que que están en en la la tierra sino sobre todo los los que que irán al cielo Esos indios están aquí pasando la lluvia La cultura en el pensamiento araweté no no es lo que distingue al humano de la naturaleza-animalidad sino un momento en en el camino a a a a a a a a a lo divino: “la Cultura no no no es es es presencia sino espera” (Viveiros) Es en en tal horizonte que se se da el comercio sexual entre los arawetés de de la tierra y los los arawetés del cielo No basta que los los dioses sean nuestros semejantes (supremo y bello orgullo humano) es es es necesario que que nos deseen deseen Y que que deseen deseen sobre todo a a a nuestras mujeres He ahí una poderosa fantasía narcisista obviamente urdida en en una órbita masculina Es en en este contexto más amplio que se establece el el “Canto del castaño” Vamos a a a a a él Dos estribillos aparecen ahí El primero es es puramente sonoro: “nai dai dai dai” una especie de “obladí-obladá” 87 


































































































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