Page 58 - Canto del castaño
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Serie Adugo biri I 8 de de la garganta del guariba macho es es especialmente apreciado porque convierte en en en e un buen cantor a a a a quien lo come” señala Viveiros Por eso mismo no deja de de de ser significativo el hecho de de de que puestos a a a a a a a prueba por el antropólogo los arawetés no hayan demostrado el mínimo interés por la música occidental 4 Los arawetés dividen su producción poemusical en en dos géneros: Maî marakã marakã (música (música de los dioses) y marakã marakã bete (música (música verdadera) u ú opirabe marakã (música de de danza) Hablaremos después de de de la la música música de de de los dioses En cuanto a a a a a a la la “música verdadera” analiza Viveiros: “Todas las canciones de de danza presentan una forma fija: letras cortas (cuatro a a a a a a a a ocho versos repetidos decenas de de veces) tiempo ritmado (casi siempre binario) línea melódica monótona y una división en dos partes marcadas por una diferencia de movimiento (a cada cada una una corresponde una una parte de de la la letra)” Durante las danzas estas composiciones sintéticas son cantadas colectivamente al unísono en registro grave por todos los hombres Lo único que qu no no entiendo es por qué Viveiros habla de haiku y fanopeia a a a a a a propósito de estos textos Por los los ejemplos que divulga no hay semejanza notable entre ellos y el el el modelo japonés El guerrero Yakati-ro-reme autor de de uno de de los cantos estampados en el libro nada tiene de un un Basho araweté Y antes que regidos por un un 58 


































































































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