Ficha de Acto Comunicativo        PDF Acto comunicativo

Lucino Luna Domínguez relata historias sobre Emiliano Zapata, leyendas locales y su experiencia administrando el museo de Anenecuilco.

Tras instalarme en Cuautla y salir a la plaza principal a buscar gente que quisiera hablarme sobre la Revolución, en mi segundo día de trabajo de campo decidí ir al origen: al mítico Anenecuilco. Me levanté temprano, tomé mis instrumentos de trabajo: videograbadora, grabadora, tripié. Estaba decidida a registrar las entrevistas, por primera vez con una cámara de video. Me dirigí al Museo. En la sala de admisión se encontraba Lucino con una asistente. Les dije quién era, de dónde venía y que estaba recopilando relatos para mi tesis de maestría. Lucino se mostró interesado y comenzó a relatarme leyendas que se cuentan en Anenecuilco. Después de una breve charla le pedí permiso para grabar nuestra conversación. Aceptó. Me condujo hacia el interior del Museo a una banca de metal donde se sentó. Yo, sin haber utilizado la videograbadora antes, la coloqué sobre el tripié como a dos metros de distancia y, a falta de asiento, ocupé la misma banca en la que estaba Lucino, frente a la videocámara. Me sentí algo abrumada, intimidada por la lente. Lucino, en su papel de entrevistado experimentado, lo notó. Aunque la conversación al principio fue una entrevista seria y algo desarticulada, gracias a Lucino, poco a poco se convirtió en una rica conversación, él narró una serie de relatos sobre cosas muy diversas, desde situaciones fantásticas que acontecen en el Museo, hasta anécdotas de personajes de Anenecuilco vinculadas al espacio, pasando por las leyendas de personajes tradicionales de la narrativa oral morelense como El Choco, La Llorona y Agustín Lorenzo. Cuando veo estos materiales pienso que la habilidad de un buen contador estriba en la manera en la que entreteje sus historias. Lucino Luna es, en definitiva, un narrador habilísimo. 22°C durante la entrevista.