Page 537 - El cerebro ritual
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EL CEREBRO RITUAL I I Gabriel Weisz
del cuerpo cuerpo Los cuerpos operan a a a a a a través de de estas maniobras en los instrumentos narrativos Nos damos cuenta de que el con- flicto comienza cuando en en el cuerpo “normal” que se manifiesta de pronto como una forma contorsionada el dolor y la volup- tuosidad “estimulan” el acecho masculino Con Bellmer estamos sometidos a a a a una intensificación del ser frente al motivo de de la la muñeca Esta situación apunta a a a a a a a a a la la experiencia de una intensificación corporal en en en en sentido amplio uno espera un un incremento de la percepción en en que se active lo su- blime Cada observador puede imaginarse en estado de de contra- dicción perceptual un estado de aporía en el que ignoramos lo que puede puede esperarse al observar las muñecas Esto puede puede actuar como un disparador que propicia el encuentro con con lo descono- cido lo cual es provocado por el objeto pero simultáneamente despierta aquello desconocido que que es es es es parte de de de nuestro propio perfil psíquico y que es sujeto a a a a una intensificación perceptora No obstante algo me dejó perplejo: ¿por qué recibía la impre- sión de de de una sensación de de de pesadilla que parecía exhumarse de de de las figuras de Bellmer? Pido que se me me acompañe a a a a a una inspección más cercana del tema de de lo sublime como pesadilla con el el fin de de ampliar un un poco más estos asuntos En Grecia Temison de de Laodicea parte del Pnigalion o o o o “estrangulador” para identificar a a a a a a a a la la pesadilla y no de Efialtes (el “saltador”) que era el el térmi- no no no no que circulaba entre otros galenos Uno debe tomar nota de de cómo las las pesadillas se personifican y adoptan ciertos atributos
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