Page 534 - El cerebro ritual
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Serie Adugo biri I 19
ambiente autónomo que puede sugerir el el relato sui generis de de una muñeca desvinculada de de de los incidentes “violentos realis- tas” La muñeca de Bellmer se manufacturó en papier machée con miembros perfectamente articulados Se tomaron fotogra- fías mientras realizaba un acto ¿sexual? y se se ubicó en en bosques y jardines Lo que que llama la la la atención es es que que la la la pulsión ¿erótica? se se torna en e un un arma para desempeñar una excitabilidad poética No pasemos por alto que los nazis reaccionaron contra Bellmer pues consideraron su obra como arte degenerado Un estado de de de alarma se se desata cuando un un cuerpo cuerpo se se une al al cuerpo cuerpo femenino o o o o o masculino de de la muñeca lo lo cual es es una analogía de de nuestra me- moria más temprana y probablemente la raíz del deseo todo ello reprimido por una mentalidad fascista Lo que fuere tanto Ara- gon como Bellmer convergen al caer ante la seducción poética de la caricia caricia —esponja y y caricia caricia son objetos imaginarios y y ope- radores simbólicos que se se disparan con el el sentido del tacto— Debemos recapitular una política del deseo en la la que el el impulso erótico sale a a a a a relucir como fuerza subversiva el el cuerpo postula su resistencia contra la uniformidad convencional que intenta encadenar y controlar la la sexualidad Una vez más en compañía de Mme Ska vemos que una de de sus muñecas más singulares ostenta una cabeza de de nadadora oculta su rostro tras una inquietante máscara negra tiene pe- lambre blanco y expone una larga lengua colgante de la la la la boca El cuerpo está saturado de órganos sexuales diminutos acojinados
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