Page 95 - El cerebro ritual
P. 95
SUEÑO VIGIL DIRIGIDO I I I I I I Ludwig Zeller Me dirijo al desconocido que a a a a a mi derecha descansa como apoyado en el vacío No distingo su rostro y y a a a a a a quemarropa le pregunto: “¿Quién eres ?” Él guarda silencio Está como absorto en su contemplación de la la lejanía Me acerco más y le le miro: es como si tuviera la cara quemada y sobrecoge el aire de malignidad que le circunda No tiene facciones no posee rostro sino trozos de de madera podrida y gris una cosa muerta como un un tronco apolillado Al observarlo mejor veo que hace ampulosos gestos que le permiten adquirir proporciones enormes o o o o o o achicarse a a a a voluntad No habla pero sus gestos valen como una respuesta: “Soy todo todo soy todo” dice Su horrible máscara se agranda y puede puede tomar la proporción de de de un paisaje Él puede puede ser el tiempo y permanecer en en un perfecto aislamiento No son quemaduras las que que le le cubren sino ese desagradable color gris esa sustancia pétrea y animal de las cortezas podridas La he visto alguna vez antes era una una especie de de roca densa que cubría los seres ahora en cambio parece mucho más desagradable Diríase que se se ha solidificado en un pájaro o o o o animal de presa mineral y violento que gesticula diciendo: “Soy todo todo soy todo” transformándose a á a a a a voluntad hasta ser el mundo y el tiempo que nos rodea Le dirijo entonces una segunda pregunta: “¿Puedo querer a a a a a a a alguien?” Él se vuelve y me me mira fijamente sin abandonar su silencio La cara se le le ha aguzado como un tipo de loro que 95