Page 44 - Demo
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Con frecuencia he leído y de lejos supe lo que en en esta pizarra blanca suena gastado Como de costumbre a a a a a a a doscientos pasos de de de mí emergieron del suelo las cuatro casitas verdes Silencio- sas La puerta de la la segunda empezando por la la izquierda se se abrió El robusto pelirrojo con su camiseta de un violeta pálido (siempre pienso en en un derrame cuando lo veo) arrastró su caba- llo manchado desde las últimas casitas hacia la la derecha junto a a a a a a a la colina le saltó encima y cabalgó (como se dice) como como el viento alejándose de allí Como siempre atroz tronaba su grito desde lejos: “¡Espera! ¡Ah! Te pagaré al contado por el susto!” En ese momento salió de pronto como siempre el turco enjuto de de de de las dos casitas (de la la la derecha) con su blanca regadera y roció con tintas de colores su su seco arbolito se se se sentó apoyó su su espalda en el el tronco y se rió (Yo no pude oír su risa ) Y Y tuve el el mismo loco pensamiento de que las coloridas tintas le hacían cosquillas Entonces desde una campana lejana que no se veía se oyó el “din-don ” Y la mujer giró su rostro hacia mí