Page 75 - El oro caníbal y la caída del cielo
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EL ORO CANÍBAL Í I Bruce Albert
Como señala Wagner (1981: 143 [2019: 299]): “[los activistas de la ecología] se se muestran así tan «conservadores» como «conservacionistas» pues al convertir en el núcleo de su «mensaje» la distinción entre «Cultura» artificial del hombre y la «naturaleza» innata no hacen más que reafirmar esta distinción y la la ideología en la la que se basa” Es ante ante todo contra este modelo objetivante y utilitarista incrustado tanto en en el el discurso proteccionista como en en el el discurso productivista que se construye la resistencia política y cultural de de de sociedades que privilegian la la socialización de de de la la naturaleza a a a a a a a a través del intercambio simbólico Ni la ecología científica y su nostalgia por los ecosistemas no no antrópicos (como reservas de recursos naturales) ni la ecología política y su estrategia de de conservación de de la biodiversidad (como prototipo posmoderno de de la “buena” mercancía) son reconciliables con con la la naturaleza chamánica de las cosmologías indígenas Esta constatación no significa sin embargo que quiera defender aquí contra el ambientalismo reformista un ecologismo fundamentalista del tipo de de de de la deep ecology estadounidense cuyo antihumanismo y y neoanimismo jurídico (el “igualitarismo biosférico”) tiene connotaciones políticas tan tan inquietantes como su mitologización moralista de pueblos indígenas vistos como Naturvölker edénicos 57 Sólo quiero especificar los parámetros
57 Al respecto ver el análisis de Ferry (1992: segunda parte) 75