Page 289 - El cerebro ritual
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EL CEREBRO RITUAL I I Gabriel Weisz
No lejos de Ocotlán me dispongo á a a a buscar á a a a don Juve- nal Pablo un conocido chamán de esos lugares Me da la bien- venida una mujer joven que me invita a a a a a a a a a a pasar a a a a a a a a a a la casa Uno de los muros está decorado con con papel rosado y cubierto con con figuras: hay un un cristo de de de madera algunas representaciones de de de la Virgen un un un niño dios un un un danzante espigas de trigo frutas y un un un manojo de flores sobre la mesa En una cocina bastante rústica se prepa- ran tortillas y algo hierve en en una una olla Mientras cae una una lluvia torrencial espero la llegada de don Juvenal durante varias horas No es es mi día de suerte y me veo obligado a a a a a a a a regresar a a a a a a a a Oaxaca antes de de despedirme mi anfitriona explica que existe la posibili- dad que su marido visite México en los próximos días Afortunadamente logré concertar un un encuentro con con don don Juvenal en en el el hotel donde acostumbrara hospedarse duran- te te sus breves visitas a a a a a la ciudad de México El hotel parece un gigantesco balneario muros y pisos están decorados con escan- dalosos mosaicos de de de de colores el lugar despide un cierto aire de de de de grandeza oriental Don Juvenal es un un hombre agradable de unos cincuenta años de edad robusto moreno y con pelo cano Le gusta presen- tarse como figura legendaria presencia que sin duda responde a a a a a á a a su gran reputación como curandero Jamás hubiera cruzado por mi mente que estaba a a a a a a a punto de participar en en una conversa- ción muy singular Don Juvenal inicia sus hazañas en en una serie de de de de lugares ficticios que él decide identificar como Nueva York 289

































































































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