Palafox Méndez, Ana Zarina, Jugando con la rima, técnicas lúdicas para el aprendizaje del verso improvisado en México, julio de 2015, FONCA, Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, Museo Histórico de la Sierra Gorda. Presentación de Eduardo Langagn

Resumen

Todas las personas pueden hacer verso improvisado. Desde la infancia hablamos improvisando, solo es cuestión de practicar para poner las mismas palabras en la poesía estructurada.
El método "Jugando con la Rima" le permite a la gente soltarse a improvisar, y esto posibilita perfectamente el hacer poesía por escrito; por el contrario, cuando se dan talleres escritos de poesía, la gente no aprende a improvisar. Esa es la novedad. Esta forma de enseñar economiza el uso de las zonas cerebrales dejando espacio para la creatividad y la espontaneidad deseables en la improvisación. Dicho método, que ha surgido de la mano del taller presencial homónimo opera de manera inductiva-deductiva: primero hay una práctica de la improvisación y posteriormente un análisis de lo realizado.
En este libro se funden varios conocimientos teóricos. Se toma, por ejemplo, de María Montessori y de L. Ronald Hubbard los métodos sinestésicos al combinar el oído con la vista y el tacto del material didáctico usado en el taller fichas, propiciando así una interiorización más sensorial y menos abstracta; de Freire se retoma el hecho de que el aprendizaje parte de nuestra necesidad de expresar lo que ya sabemos (método de alfabetización para adultos); de la psicología Gestalt, el “círculo mágico” que, además de horizontalidad, propicia complicidad y comunidad; de Huizinga, el hecho de generar lúdica y afectivamente un aprendizaje significativo.
El método se plantea en dos niveles o capas: en un primer momento, en la capa consciente, se dan las herramientas de estructura para la improvisación, y después, en la capa subconsciente y confiando en que la forma misma del taller contiene elementos de los procesos de aprendizaje de la tradición, se apuesta a que el ser humano es, de suyo, poeta.
El método está diseñado, además, para que las personas de todas edades puedan estar, aprender y convivir, como en el fandango, como en la familia, como ha sido en los tiempos más armoniosos de la raza humana.
Dice Eduardo Langagne: "Ana Zarina Palafox Méndez, señoras y señores, propone una manera de atender a nuestro propio oído mexicano, con la variante fonética de cada región; una manera de ayudar a nuestra oreja sensible, que puede y debe seguir alimentando esta tradición maravillosa. Y sigamos las enseñanzas de quienes nos preceden. Más de una vez me ha tocado la fortuna de estar escuchando a Ana Zarina improvisar, lo mismo en una fiesta de cumpleaños, en un foro abierto, en un taller... Y mi profundo respeto a su profesionalismo lo significo ahora con los lectores de este libro que comparte a su vez su experiencia ordenada en el ejercicio para homenajear el verso improvisado".