Los maleficios sexuales de las Melgosa

Los maleficios sexuales de las Melgosa

[Declaración que hizo Luis Martínez, español, vecino de Purépero, arriero, viudo de Juana Gertrudis de Duarte, de 25 años, ante el bachiller Francisco Bernal de Pinavero, comisario de la villa de Zamora, el 23 de agosto de 1743]

Dixo que para descargo de su conciencia declara y denuncia que en la dicha estancia de Purépero están unas mujeres vesinas de dicha estancia, mulatas libres, solteras, la una llamada Sebastiana Melgosa, y otra Petrona Melgosa a la que crió dicha Sebastiana, y Ana Serafina, nieta de la dicha Sebastiana. Que en dicha estancia tienen fama de que hasen maleficios de echizos, y que al que declara le pasa lo siguiente: que como hombre frágil tubo la amistad inlísitas con la dicha Ana Serafina, y que aviendo conosido la gravedad de su culpa, trató de apartarse de dicha amistad inlísita, y para conseguirlo alistó casamiento con la dicha Juana Getrudis Duarte. Y con efecto se casó con la dicha, cosa que sintieron mucho la dicha Ana Serafina y su abuela la dicha Sebastiana, y publicaron que avían de quitarle la vida a uno de los dos, y amenasaron así a el que declara como a la dicha su muger de que les avían de quitar la vida.

Y aviéndose hecho preñada la dicha su mujer y estando sercana a el parto dixeron las dichas Sebastiana Melgosa y Ana Serafina, en el ojo de agua donde estaban labando delante de otras muchas mujeres, que en el parto le quitarían la vida a la dicha Juana Getrudis, su mujer, quien aviendo parido con felisidad y manteniéndose robusta ocho días después de el parto, a los ocho días comensó con grandes quexidos disiendo que la despedasaban por dentro, i en estos dolores se mantubo siete días, y tres días antes de su muerte continuamente estuvo disiendo que le quitarán de delante a la dicha Sebastiana Melgosa y Ana Serafina, que la querían matar y hasían fuerza a que le cogiese la cola a un animal (no desía qué especie de animal era), con tal asonbro que no permitía que un instante la dexasen sola, y ninguno de los presentes, que eran los padres de la dicha Juana Getrudis y el que declara, veían cosa alguna de la que la dicha Juana Getrudis desía.

Y por último, en esas fatigas, dolores y asombros murió la dicha Juana Getrudis, su mujer, echando tanta sangre que discurre no le quedaría gota en su cuerpo. Y que esto no le dise por odio ni mala voluntad, sino por descargo de su conciencia. [ff. 5r-5v]

[El mismo día, poco más tarde, el padre de Juana Gertrudis fue llamado a declarar. Es un hombre español, de 40 años, casado, llamado Diego Duarte Fernández]

El qual, por descargo de su consiencia declara y denuncia que en la estancia de Purépero de dicha jurisdisión de Tlasasalca están unas mugeres mulatas libres, solteras, la una llamada Sebastiana de Melgosa y la otra Petrona, a la que crió dicha Sebastiana, las que en dicha estansia tienen opinión y fma de echiseras, y de que an echo varios malefisios. Y especialmente denuncia y declara el caso siguiente: y es que, aviendo intentado casarse Luis Martines, vesino de dicha estancia, con Juana Gertrudis Duarte, mi hija, las dichas y una nieta de la dicha Sebastiana llamada Ana Serafina lo sintieron mucho y prorrumpieron varias veses que les duraría muy poco el gusto por que en el parto, o antes o después del parto, acavaría la vida la dicha mi hija Juana Getrudis, como de facto se experimentó así, pues aviendo parido y estando lla sana de el parto y lla para levantarse, le sobrevino un inpensado y no conosido accidente del que fallesió en quatro días, en los que padesió gravísimos dolores y asonbros la dicha mi hija, disiendo a gritos que Sebastiana de Melgosa y su hija Petrona tenían allí un animal que le envidaban[1] a que le cogiera de la cola. Y con estos dolores y espantos estubo la dicha mi hija asta que espiró echando de su cuerpo copiosísima sangre. Y a más de eso de más de veinte años a esta parte a savido el que declara que las dichas, en dicha estancia, se ocupan en ese perverso exersisio hasiendo gravísimos daños.

[El notario don Diego de Mendoza agrega:]

Y que María la Morellona, mulata libre, soltera, vesina de el pueblo de Tlasasalca, se alló presente cuando murió la dicha su hija y vio mui bien los estremos que la dicha su hija asía y olló mui bien lo que desía. Y que como muger registró a la dicha su hija y la alló que paresía no ser muger, porque las partes verendas se le avían envuelto.  [ff. 6v-7r]

 

[Antonio Melgosa, un español vecino de la estancia de Purépero, arriero de 30 años, se presenta voluntariamente a declarar ese mismo día]

Por descargo de su consiensia declara y denuncia que, como frágil, lla después de casado tuvo amistad ylísita como un mes con Ana Serafina de Melgosa, mulata libre, soltera, vesina de dicha estancia de Purépero y nieta de Sebastiana de Melgosa. Y abiéndose apartado de la dicha amistad antes de Semana Santa, abrá dos meses que se sintió ligado de modo que asta ora no puede llegar a su muger y por ver si la dicha Ana Serafina le avía hecho este grande daño, la solisitó otra ves y con ella sin impedimento alguno tuvo cópula, de manera que para ella no está ligado, para su propia mujer sí.

El fundamento que tubo para persuadirse a que la dicha le haría ese daño es la mala fama que tiene dicha Ana Serafina y su madre, María Guadalupe de Melgosa, y su abuela, Sebastiana de Melgosa, y su hija Petrona de Melgosa, todas mulatas, solteras y vesinas de dicha estansia, de hacer semexantes daños, pues a Juan de la Zerda, marido de María Garfias, vesino de dicha estancia, lo ligó la dicha María Guadalupe y también lo curó, según a savido el que declara.

También dise y declara que aviéndose quedado a la dicha María Guadalupe de que su hija Ana Serafina lo tenía ligado, aquella misma noche estando, ecitado en su cama con su muger, y estando dispuesto, sintió que lo cogían de los brazos y la voca, pero así que alabó a la virgen santísima, lo soltaron.

Y antes de lo referido lo llamó la dicha Guadalupe y le dixo: “Es verdad que mi hija Ana Serafina te tiene ligado; dame un peso y te curaré”. Y aunque le dió el peso no a sentido alivio.

Y también declara que estando para casarse Luis Martines con Juana Getrudis de Duarte, vesinos de dicha estancia, le dijo la dicha Ana Serafina al que declara: “no apadrines a Luis Matines porque si se casa, la mujer con quién se casa me lo a de pagar”. Y con efecto, aviéndose casado dicho Martines y échose preñada la dicha Juana Getrudis, su muger, y parido bien, a los ocho días murió. Y su tema de la dicha Juana Getrudis en los dichos ocho días era que le quitasen a aquellas mugeres Sebastiana, Petrona, María Guadalupe y Ana Serafina de Melgosa que la mataban. Y con esto estuvo asta que murió. Esto se dise comúnmente en dicha estancia. [ff. 8r-8v]

 

[Siendo llamada, María Beltrán, la Morellona, mulada libre, soltera, de más de 50 años dice:]

Que aviendo ido a la casa de Francisco Maldonado, yndio y vesino del dicho pueblo de Tlasasalca a onde estaban parados los dichos Luis Martines y Diego Duarte que avían venido a tener Semana Santa, y cogídole allí el parto a la dicha María Getrudis, quién después del parto se enfermó a los sinco días, para cullo fin llamaron a la que declara por algunas esperiensias que tiene para que reconociera su enfermedad.

Y registrándola como muger para ver si en el parto se avía lastimado, alló que no paresía muger por tener envuelta la parte verenda. Y la dicha María Getrudis, en sus ansias, no tenía otro tema que desir que le quitasen de allí a Guadalupe Melgosa, mulata libre, y a su hija Ana Serafina, que la querían acavar con un perro prieto que tenían en las manos, y que le llamasen a el padre [¿Vival?] para que las echase, a el que no llamaron por estar ausente, i ninguno de los sircunstantes vio a las dichas, aunque la dicha María Getrudis estubo con eso asta que murió. [f. 10v]

 

Archivo Histórico Casa Morelos, Siglo XVIII, Caja: 1235, exp. 5,

Fondo: Diocesano, Sección: Justicia, Serie: Inquisición, Sub-serie: Hechicería,  1743, ff. 5r-10v.

 



[1] “Envidar. Término del juego. Provocar, incitar, exitar a otro para que admita la parada, no para darle el dinero, sino para ganárselo y llevárselo, si puede”. (Aut.).