Hechicería por venganza

16.

Archivo histórico Casa Morelos, Siglo XVIII, Caja: 834, exp. 16. Fondo: Diocesano, Sección: Justicia, Serie: Procesos criminales, Subserie: Hechicería

Transcripción: Itzel Álvarez García

Saúl Colunga

 

[Resumen (Falta referencia)]

Santa Fe de la Laguna, s/f

Testimonio del caso contra Nicolás Gaspar por hechicero.

 

[f.1r]

Señor corregidor Bachiller don Joseph Antonio Flores

Salbador Miguel, besino de este pueblo hospital de Santa Fé de la laguna, paresco ante vuestra merced como mejor conbenga o alla lugar en derecho, y digo que por cuanto tube rasones con Nicolás Gaspar, besino deste dicho pueblo, por defender dél a un hermano mío que lo estaba aporreando. Fui a quitarselo, y casualmente le pisé un pie y lo dejó, luego diciéndome que el pie mismo con que lo abia pisado me lo abia de castiga. Luego, yncontinente, me caí al salir de mi casa y se me quebró la misma pierna que él me abia dicho me abia de castigar. Al siguiente día, bino a berme el dicho y me preguntó que me abia susedido, le respondí lo que me susedió y se fue saliendo/sabiendo. Bolbió después con lo ofisiales deste dicho pueblo a cobrarme el dinero que abia quedado a dar para el _ lo cual di siete pesos de dies que abia de dar y quedé a deber _ [f.1v] se fueron y luego se bolbió el dicho solo a mi casa y me enpesó a preguntar por qué no me curaba, que de qué mabía de serbir mi dinero ni mi ropa si en su mano estaba el remedio por abermelo el castigado. I dandose/dandole tres bofetadas me dijo que así castigaba él, como me abía dicho. I me dijo le diera quinse pesos i me curaría, i de lo contrario padesería tres años. I por ber si me sanaba asepté, i ile dije no los tenía, pero que se los buscaría o le daría un buei que tenía, i le buscaría lo demás. Me respondió no me curaría asta que se los diera efectibos; le supliqué me isiera el bien de curarme, i me respondió que no, i que solo en su mano estaba el remedio que otro ningúno me abía de curar, pues solo él sabía lo que llo tenía en la pierna. I que me abía hechado limage aresca i tres animalillos que se llaman

utuquis. I que solo él con sus remedio me abía de curar. I con esto se fue i no bolbió más, i el pie se me empesó a podrir; embié por una curandera, i siempre iba a peor bisto esto. Lo embié a llamar a él con mi muger, a quien le dijo: “aquí me has de confesar porque apadrinaron a quien llo quería apadrinar”. I le respondió que porque los abían cambidado, i le dijo que para que nos perdonara era nesario allunara dose días. I que así que acabara los doce allunos, me abisará; los que iso mi muger por _aser tenía alibio, i dos que dejó de aser segidos. Le pregunté por qué no los abía hecho como me abía mandado, bino, con toda repugnansia, i me iso un rremedio, i luego que se fue me quité lo que me abía puesto i me puse otro remedio que me embiaron de fuera ,i bino i senojo porque me quité _[f.2r]

abia puesto él, i se fue. Bistome malísimo, bino un médico de Páscuraro _i meiso algunos remedios, i me dijo de en la misma (¿y hasta las tres veces vino?). Mandé otra bes llamarlo, i me dijo que de qué me abía serbido el dotor, que aunque binieran los más en liones, no me abían de curar, solo él, i así que sí queriame curar, le abí[a] de dar testigos para que le pagara, i de no, que me moriría sin remedio. I para esto los testigos se abían de ir carises abían de besar los pies, i le dije: “no ai testigos que agan eso”. Me respondió que llamara a mirarla porque llo se los besaría. I biéndome tan malo, me obligó a besarselos yo; a este tiempo yegó hijo del puerto, i ollendo todas estas cosas le dijo por qué aser/asia eso, i se lebantó, i lo agarrgo de los cabellos, disiéndole que solo él tenia dominio, i llegó otro defendiéndo lo mismo que el primero. I estando Mateo ollendo lo que él decía, que no abía más dotor ni médico más que él para mí, quienes juraran a lo mismo que llo digo, y solo a él abían de estar obedientes todos, pues en su mano tenían su bida o su muerte que no abía más parte/doctores ni más nada, que solo él. A los 8 días bolbió, i disiéndome lo mismo se fue. I embió a su muger a que me biera la pierna, i biéndomela toda podrida se fue abisarle, i bolbieron los dos, i me dijeron que asta que los embriagara me pondrían remedio. Iselo así, i luego mandó tibiar un poco de charape para que lo bebiera i me resestí por abermelo impedido el médico; me lo iso tomar, i fui sintiendo alibio. Bolbió i me resetó lo mismo, i sentí más mejoría, quien me dijo que para que crellera lo que el me desia que tubiera el dechado e barios que abia curado. Bistome llo alibiado pagado tres misas a los indios i luego bino y me dijo aora si te de curar y eso [f.2v]por que San Antonio me regañó porque te tenía padesiendo. Daba los resibos de las misas para guardarlos, le respondí que sí y que me curára y que luego que sanara le trabajaría para desquitarse su trabajo; me enpesó a

untar unas llerbas y me dió a beber un jaro de pulque, qué sé llo que tenía rebuello, que luego me jui parando bueno y sano. Alabé al señor y me dijo: “lla te curé, y cuidado por que si te buelbes a enfermar te moriras sin remedio”, dijele: “Dios solo sabe eso, que da la bida y la muerte”, me respondió disiendo: “aber quien puede más, y asi, cuidado conmigo”. Y con esto se fue y me dejó lla bueno. Pasado año y ocho meses bino con una silla cargada y me dijo: “guardame esta silla en el tapanco”, le respondí que por qué no la llebaba a guardar a su casa y me respondió que la dejara allí unos días, que él la llebaría. La colgó en la sotea y con esto se fue. Al cabo de un año y siete meses questaba dicha silla en mi casa fue su dueño y la conosió y me dijo que llo se la abia certado, le respondí que Nicolás Gaspar me la abía dejado a guardar por donde me a ynbiado barios recrudos/recados disiendo que por qué lo acusé, y así que no me descuide con él porque lla sé cómo sabe él castigar. Protesto ser berdad todo cuanto llebo dicho, y no de malisia alguna como constará por testigos que pararon a la señal de la Santa Cruz ser berdad cuanto llebo dicho. Por tanto suplico a vuestra merced, ponga el remedio mejor que se pueda en todo lo que llebo dicho.

No sé firmar.

[f.3r]

Señor corregidor Don Joseph António Flores.

Lorenso de Abila, besino del rancho de Chupicuaro, paresco ante vuestra merced como mejor conbenga y alla lugar en derecho. Y digo que abiendo perdido una silla en este pueblo de Santa Fe de la Laguna y abiendo echo mis dilijencias en buscarla y prometiendo albrisios no paresio le el escaso de año y seis meses que a que perdí dicha silla y aora la e allado en poder de Salbador Gaspar, quien no la resistió por desir se la abía dado a guardar Nicolás Gaspar a quien barias beses le pregunté y le prometí albrisiar y sienpre me dijo no la abía bisto y así digo que me a' de entregar mi silla y pagarme cuantos gastos e tenido en alquilar sillas. Por tanto, suplico a vuestra merced se sirba de mandar llamar a dicho Nicolás Gaspar y aser justisia como llebo pedido porque [f.3v] de no pagarme todos los atrasos me quejaré al señor teniente de la jurisdisio [sic] lo que no ago por respegto de vuestra merced, a quien suplico se sirba aser como llebo pedido en que resebire bien y mersed y en lo necesario.

Lorenso de Abila [rúbrica].