"Adiós, enechizada con dulces"

Archivo Histórico Casa Morelos, Siglo XVIII, Caja: 1236, exp. 29, Fondo: Diocesano, Sección: Justicia, Serie: Inquisición, 1749.

Transcripción: Thalía Servín Chávez

Cecilia López Ridaura

 

[f. 1r:]

Salbatierra, año de 1749

El señor fiscal de este Santo Officio de México contra Ventura Lesama y cómplises, por sospechas de malefizio.

 

[f. 1v: En blanco].

[f. 2r:]

[Encabezado izquierdo:]

Resivida en el Santo Ofisio de México, en veynte de febrero de mill setesientos quarenta y nuebe años. Señores ynqquisidores Bárzena y Arias. [rúbrica]

[Encabezado derecho:]

Fórmense autos y pónganse en su lugar. [rúbrica]

[cruz]

Yllustrísimo señor,

Remitto la adjunta denuncia de Anna María García contra Bentura Lesama, en la que los contestes que cita son su madre María Guadalupe y su hermana Getrudis, que por vivir estas seis leguas de esta ciudad y que solo pueden deponer y saben el que dicho Lesama daba el paño de chocolate con los dulces en presensia de ambas a la que denuncia, y que esta no los quiso recivir, por cuio motibo no procedí a su examen. Vuestra Señoría Yllustrísima, en su vista, me mandará executar lo que fuere más comveniente y de su agrado. Dios Nuestro Señor guarde la importante vida de Vuestra Señoría Yllustrísima muchos años. Salvatierra y enero 16 de 1749 años.

 

Mi señor.

Besa los pies de Vuestra Señoría Yllustrísima, su más reverente Capellen [sic]

 

Licenciado Joseph Xavier de Rivera [rúbrica]

[f. 2v:]

En blanco.

 

[f. 3r:]

En la ciudad de Salvatierra, en veinte y seis días del mes de noviembre de mil setecientos y quarenta y ocho años, por la mañana, ante mí, el licenciado Joseph Xavier de Rivera, comissario del Santo Oficio de la Ynquisición de dicha ciudad, pareció sin ser llamada, y juró en forma que dirá verdad, una muger que dixo llamarse Anna María García, de calidad mestisa, cassada con Jacinto Merino de oficio tocinero, que vive en esta ciudad en la calle de Astudillo, de edad de veinte y sinco años más o menos. La qual, para descargo de su conciencia, dice y denuncia que avrá tiempo de siete años, porque fue, a lo que se acuerda, el año de quarenta i dos, en la quaresma –la segunda o tercer semana– el que, aviéndola solicitado para illícitos amores Bentura Lesama, español, vezino de esta ciudad que vive en la calle que sube al molino de Esperansa, una noche a la oración, queriendo dicho Lesama que la que denuncia condecendiesse con su torpe apetito, se desvergonzó a forsarla, y en su defensa tomó una piedra con la que le dio un golpe en la cabeza y lo descalabró, burlando sus malos intentos y haziendo el que se fuesse mui enojado. Mas de allí a otros días, que fue Sábado de Ramos por la noche, bolbió el dicho Bentura Lesama, quien llebaba en un paño de chocolate unos dulces que le daba y ofreció a la que denuncia, y no queriéndolos admitir se los dio a una muger llamada Getrudis, hermana de la que denuncia, que estaba presente con María Guadalupe Villegas, madre de ambas; y dexado dichos dulces se fue el dicho Lesama. Y la dicha Anna María le dixo a su hermana Getrudis: “veamos qué dulces son esos, dame de ellos” y comió. Mas al día siguiente, aviéndose acostado aquella noche buena y sana, amaneció con un gravíssimo dolores [sic] de estómago, hombros y talones de los pies, que a los dos días se le quitaron y se le mudaron a la parte y voca de la madre que le ha durado y tiene asta la presente, con tanta behemencia que parece le anda alguna cosa viva, sin aver, desde aquel entonces acá, podido juntarse con su marido. Y aunque se ha curado con varios médicos y serujanos, no ha sido asequible su sanidad. Y dicho Lesama, en todo el referido tiempo, siempre se ha gloriado de verla padecer y hecho jactancia de tenerla así, pues en quatro ocaciones se lo ha dicho: La primera fue en el año de quarenta y dos, en el mes de diziembre, día miércoles, aunque no sabe a quántos de dicho mes, mas sí el que era por la mañana, a las dies del día, llendo sola por detrás de la tapia del Carmen que mira frontero a la cuadrilla y cassa donde oi vive Juana Lesama, hija de dicho Bentura Lesama, encontrándose con él la dicha Anna María García, le dixo Lesama: “Adiós, enechisada con dulces”; y lo mesmo le dixo por segunda ves, que fue a los quinze días, un domingo por la mañana, estando la dicha Anna María sentada en el quisio de la puerta de la cassa de Juan Coronado, en donde en aquel entonces vivía. La tercera vez fue en dicho mes de diziembre y año de quarena y dos, estando un día en la Concepción de Nuestra Señora, por la mañana, parada en la puerta y cassa de Sebastián del Albis, donde vivía, llendo el dicho Lesama a la cassa de Joseph Jacinto que está frontero de [f. 3v:] de la mencionada de Albis, al entrar en el saguán del dicho Joseph Jacinto le repitió dicho Lesama las mesmas palabras: “Adiós, enechisada con dulces”. La quarta ves fue en este año de quarenta y ocho, el día jueves veinte i uno de nobiembre a las ocho de la mañana, estando Anna María García en la puente del río grande, sentada en el pasamano de dicho puente, frontero de la cassa de Cisneros, passó junto de ella el dicho Bentura Lesama y le dixo: “Adiós, enechisada con dulces”. Y que en todas estas quatro ocaciones que se lo ha dicho, an sido a media voz y de manera que jamás lo han oído otras personas, sino ella sola. Y que esta es la verdad, por el juramento que tiene hecho, y siéndole leído dixo que está bien escrito y que no lo dice por odio. Prometió el secreto y por no saber firmar no lo firmó. Firmélo yo, dicho comissario, ante quien pasó por no aver notario.

Licenciado Joseph Xavier de Rivera [rúbrica].

[f. 4r: en blanco]

 

[f. 4v: en blanco].

 

[f. 5r: en blanco].

 

[f. 5v: en blanco].