Hechizo con chocolate

24. Hechizo con chocolate

Archivo Histórico Casa Morelos, Siglo XVIII, Caja 1235, exp. 24, Fondo: Diocesano, Sección: Justicia, Serie: Inquisición, 1746.

Transcripción: Yeraldine Molina Valladares

Karina Gutierrez

Brenda

Cecilia López Ridaura

[f. 1r]

San Miguel el Grande, año de 1746.

El señor fiscal de este Santo Ofizio contra una curandera, sin dezir cómo se llama.

 

Es despreciable, pongase en su lugar [rúbrica]

 

[f. 2r]

[Nota superior izquierda:]

Resivida en el Santo Ofizio de la Ynqquisición de México en veynte y un días del mes de octubre de mil setezientos y quarenta y seis años, estando en la audiencia de la mañana el señor inqquisidor Tagle, que asiste solo [rúbrica]

 

[Nota superior derecha:]

Al secretario que haze ofizio de señor fiscal del Santo Tribunal [rúbrica].

[Cruz]

Muy Ilustre, Venerable y Santo Tribunal

Mi Señor, es adjunta la denuncia que hizo don Francisco Martines Gudiño, sobre lo que solo se me ofrese decir a vuestra señoría que el enfermo murió y que algunas voces oý de que avía sido echiso su enfermedad, y que otra echisera lo curaba. No supe quién, aunque disimuladamente pregunté.

Esse Santo Tribunal, a quien guarde Dios nuestro señor para bien de la christiandad, me mandará lo que he de practicar. Villa de San Miguel y octubre 22 de 1746 años.

Besa las manos a Vuestra Señoría su reconocido súbdito y capellán

Juan Manuel de Villegas [rúbrica]

 

[f. 3r]

En la villa de San Miguel el Grande, en dies y ocho de el mes de agosto de mill setesientos quarenta y seis años, por la mañana, ante el señor comisario de el Santo Oficio, el lizenciado don Juan Manuel de Villegas, cura por su magestad y juez eclesiástico de dicha villa, pareció sin ser llamado don Francisco de Gudiño, español, casado, architecto, de edad de quarenta años, y juró en forma que dirá verdad. Dice que, haviendo pasado al pueblo de los Dolores por causa de cierto exercicio a su facultad pertenesiente, conoció allá y communicó a don Bentura Bustamante, español, quien se hallaba de sobre estante en la fábrica de la yglesia. Y viniéndose de vuelta a esta villa la última vez que pasó a dicho pueblo, sabiendo que dicho don Bentura se havía venido de el referido pueblo a esta villa para el fin de curarse en ella de la enfermedad que padese en medio lado de el cuerpo, el que tiene quasi [tachado: muerto] immoble y lleno de dolores, pasó a visitarlo. Y, contándole de su enfermedad, le dixo que el cirujano que le estaba asistiendo, el que se llama Juan Guillermo de Sisneros, cirujano de esta villa, mulato, viendo que sus medicinas no alcansaban a sanarlo, le dixo estas formales razones: que él ia no hallaba remedio que hazerle, pero, si quería aliviarse, le traería persona que su enfermedad entendiese, pues lo que padecía era echizo y que, así, una echisera solo podía curarlo, que si quería, él se la traería, para que así consiquiera él la salud y él salir con crédito de aquella cura; que era esto malo, pero que, para su alivio y para su crédito, no hallaba otro remedio. Y que deceoso el enfermo de su salud dio su consentimiento al dicho cirujano para que pusiese por obra esta diligencia, y aunque dicho cirujano, según él mismo le dixo, vio de la referida echizera para que viniera, esta se escusó de parecer en presencia de el enfermo, pero sí enbió unas unturas y bebidas que le aplicase. Y dize dicho enfermo que el cirujano le dixo que, haviendo visto a la echisera, esta le dixo que era echizo el que padesía y que este se lo havía causado una mulata de el pueblo de los Dolores, [tachado: criada] cosinera de el cura de aquel pueblo, en cuia casa vivía dicho don Bentura, y que este [sobre el renglón: echizo] se lo dio en una taza de chocolate, disiéndole el tamaño que tenía, la causa y el motivo que hubo para esto, que era un pleito que havía tenido con dicha criada, [f. 3v] y que todo esto que le dixo la echicera al cirujano era cierto según se lo havía dicho. Díxole también el cirujano, ia instruido de la echisera, que con la untura que le havía dado, se le havía de untar todo el cuerpo y la cabeza, para que lograse con ello un sudor tan copioso que no solo havía de mojar las sabanas, sí también pasar el colchón y escurrir hasta el suelo, todo lo cual le sucedió con la dicha untura según se lo havía prognosticado. Y que también le dio una bebida, con la cual quedó curardo por quasi veinte y quatro horas, teniendo con otra que le dió grandisimos dolores, si bien, después de estos agudos dolores, sintió mucho alivio. Y que esta es la verdad por el juramento que tiene echo y siéndole leído, dixo que estaba bien escrito y asentado, y que no lo desía por odio, sí para descargo de su consiencia. Encargósele el secreto, prometiólo y lo firmó de su puño con dicho señor comisario, de que doi fee. Otrosí, dize que havrá como catorce días que visitó a dicho enfermo y que no sabe que otras personas estuviesen presentes o tuviesen noticia de lo referido, salvo el mismo enfermo quien está en lo último de su vida. Muerto: borrado: no vale. Cosinera: entre renglones: vale.

Francisco Martínez Gudiño [rúbrica].

Juan Manuel de Villegas [rúbrica].

Pasó ante mí, Joseph Anttonio Ramos de Castilla, notario de el Santo Oficio [rúbrica].

 

En la villa de San Miguel el Grande, en dos de el mes de septiembre de mil setesientos quarenta y seis años, el señor comisario de el Santo Ofisio, lizenciado don Juan Manuel de Villegas, cura y juez eclesiástico de dicha villa, viendo que de la diligensia que antecede no resulta su presecusión por no haber conteste alguno para las diligencias acostumbradas, mandó dicho señor se pusiese al pie de esta denuncia este presente auto de remisión para despachar esta diligencia en primera ocasión que se ofresca a los señores ynquisidores de el Santo Oficio de la ciudad de México, cuia diligensia va en dos foxas, la una que es ésta escrita y la otra en blanco, lo cuál certifico ser así, oy día ia dicho, mes y año.

Joseph Anttonio Ramos de Castilla, notario de el Santo Ofisio [rúbrica].