Fotografía: Fotografía: Derek Hinojosa
Sitio: Amecameca, Estado de México
Fecha: 27/10/2018
(...) me partí a un pueblo que está dos leguas de allí, que se dice Amecameca que es de la provincia de Chalco, que tendrá en la población principal con las aldeas que hay a dos leguas de él más de veinte mil vecinos y en el dicho pueblo nos aposentaron en unas muy buenas casas del señor del lugar y muchas personas que parecían principales me vinieron allí a hablar diciéndome que Mutezuma su señor los había enviado para que me esperasen allí y me hiciesen proveer de todas las cosas necesarias. El señor de esa provincia y pueblo me dio hasta cuarenta esclavas y tres mil castellanos y dos días que allí estuve nos proveyó muy cumplidamente de todo lo necesario para nuestra comida. Y otro día, yendo conmigo aquellos principales que de parte de Mutezuma me dijeron que me esperaban allí, me partí y fui a dormir cuatro leguas de allí a un pueblo pequeño que está junto a una gran laguna y casi la mitad de él sobre el agua de ella y por la parte de la tierra tiene una sierra muy áspera de piedras y peñas donde nos aposentaron muy bien. Y asimismo quisieran allí probar sus fuerzas con nosotros, excepto que según pareció, quisieran hacerlo muy a su salvo y tomarnos de noche descuidados y como yo iba tan sobre aviso, hallábame delante de sus pensamientos y aquella noche tuve tal guarda, que así de espías que venían por el agua en canoas, como de otras que por la sierra bajaban a ver si había aparejo para ejecutar su voluntad, amanecieron casi quince o veinte que las nuestras las habían tomado y muerto, por manera que pocas volvieron a dar su respuesta del aviso que venían a tomar y con hallarnos siempre tan apercibidos, acordaron de mudar el propósito y llevarnos por bien.
Segunda carta de relación, Hernán Cortés