Fotografía: Fotografía: Leonardo Sotelo
Sitio: Cempoala, Veracruz
Fecha: 8/6/2017


Desde que pasaron aquel río hasta llegar a otro caminaron por muy gentil camino; pasáronle también a vado, y luego vinieron a Cempoallan, que estaría lejos una milla, toda de jardines y frescura y muy buenas huertas de regadío. Salieron de la ciudad muchos hombres y mujeres, como en recibimiento, a ver aquellos nuevos y más que hombres. Y dábanles con alegre semblante muchas flores y frutas muy diversas de las que los nuestros conocían; y aun entraban sin miedo entre la ordenanza del escuadrón; y de esta manera, y con regocijo y fiesta, entraron en la ciudad, que toda era un vergel, y con tan grandes y altos árboles, que apenas se parecían las casas. A la puerta salieron muchas personas de lustre, a manera de cabildo, a los recebir, hablar y ofrecer. Seis españoles de caballo, que iban adelante un buen pedazo, como descubridores, tornaron atrás muy maravillados, ya que el escuadrón entraba por la puerta de la ciudad, y dijeron a Cortés que habían visto un patio de una gran casa chapado todo de plata. Él les mandó volver, y que no hiciesen muestra ni milagros por ello, ni de cosa que viesen. Toda la calle por donde iban estaba llena de gente, abobada de ver caballos, tiros y hombres tan extraños. Pasando por una muy gran plaza, vieron a mano derecha un gran cercado de cal y canto, con sus almenas, y muy blanqueado de yeso de espejuelo y muy bien bruñido; que con el sol relucía mucho y parecía plata; y esto era lo que aquellos españoles pensaron que era plata chapada por las paredes. Creo que con la imaginación que llevaban y buenos deseos, todo se les antojaba plata y oro lo que relucía. Y a la verdad, como ello fue imaginación, así fue imagen sin el cuerpo y alma que deseaban ellos.

Historia de la conquista de México, Francisco López de Gomara

Descargar en HD