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Este repositorio tiene el objetivo de concentrar, de manera ordenada y sistemática, los resultados de la documentación en campo de
materiales orales en todas las lenguas habladas en México: no sólo el español y las lenguas que hablan los pueblos indígenas, sino también una serie abundante de
lenguas que se hablan en el mismo territorio como resultado de distintas migraciones. Su propósito es permitir la consulta de esos materiales no sólo a especialistas
de diversas disciplinas, sino también a las distintas comunidades en las que se documentaron.
El archivo de materiales sonoros, videográficos y textuales al que se puede acceder desde esta plataforma electrónica se ha construido colectivamente.
Reúne el trabajo de muchos documentadores que, por diversos motivos, se han encargado en distintos momentos de la historia de registrar las narraciones,
los cantos, los gestos y la memoria hablada de las personas en México. Pero también es una construcción colectiva porque sin todas esas voces y todas esas
personas este material no existiría.
Fragmentos aleatorios de Actos Comunicativos
Viviana Menocal
Adela: Y, ¿por qué más se acuerda de cuando era joven?, ¿por dónde andaba de aquí para allá?
Viviana: Uuuuuh, andaba en muchas partes. Andaba por Puruandiro, Comanja, Sacapo, Azajo pues, Azajo se llama ahí. Azajo salía ahí cuando mi mamá tenía diez pedazos de terrenos ahí, [mhm] grandotes, así como este, diez pedazos. Y eran namás dos hermanas,[mhm] mmm, entonces se murieron los dos, tenía dos hijos, y se murieron también, ya me quedé yo con mi mamá, ya tenía nomás uno, a mí nadamás, por eso me quedé con todo los terrenos. Y en ese misma razón, por eso anduve yo en todos lados esos, esas partes, para arreglar esos terrenos. Porque otras tías me querían quitar, pero no, no pudieron, porque la gente que ya conocía pues a mi mamá o a mi abuelito. Pus no, yo era, yo era ya su nieta [mhm] de Bartolo Jacob, Agustina Calderón se llama mis agüelitos. Y entonces, este, ellos dijeron, jue ese representantes, todos pues esos que casi tiene pues los terrenos [mhm]: “Pos le tocaban a ella, porque es su nieta.” [mhm] Por eso anduve por todos lados esos, para arreglar esos terrenos, y todavía vivía mi papá, él me ayudó. Uno, el más envidioso, me quitó ciento ochenta: “Que mi mamá había empeñado”, “que mi mamá había quitado dinero” y quién sabe qué. Entonces mi papá dijo... se jue ya y le dijo:
--Ningúna par… ningún parte, ningún centavo te ha quitado mi esposa, a él no le faltaba nada.
Nadamás que como en él entonces era empleado, por eso hizo papeles, hizo papeles que yo, este, que él lo debía mi mamá. Tonces, este, pus no, no era cierto, pero yo lo regresé, ese dinero. Lo encarcelé. Sí, lo puse en cárcel, ocho días, de verdad. Y, y hizo el título de dominio, allá en Puruándiro, allá hizo eso, y pero como ellos pertenecen acá en Cueneo, por eso ahí no pudo. Pos no, era una mentiroso. De vergüenza salió en el hosp… este, en el cárcel y se fue para el norte y allá se quedó, allá se quedó. Sí, así es, así estaba el asunto, ei. Y ya del de aquí, ahí vendí unos para andar pues de aquí para allá. Vendí unos y unos siempre se quedaron, como tres se quedaron. Ya ahí pues se fueron. Ya cuando no vela dueño, ya no aparece, pus lo recogen ya, otras personas que son áhi cerquitas, ya, se quedaron todavía como tres pedazos, todavía. Y tres pedazos los vendí. Pus me duele, ¿vedá? Y como no tengo ninguna hermana, ningún hermano, solita, pues quién te iba a ayudar. Ni mi esposo no anduvo, yo solitan anduví ahí con los parientes pues ya de allá, ya nomás con ellos. Pero mi esposo tampoco me lo dejaba porque eran malos pues esos señores, sí, hasta ellos mismos se mataban, ei. Pero gracias a dios, no, no me pasó nada porque ahí vive una tía y dos primos, ellos me defendían, ei. Pero él me quería pues, es hombre, todavía andaba tomado buscándome, sí, así, pero no, no me pasó nada, gracias a dios.
Adela: Gracias a Dios
Viviana: Ellos me defendían pues, esos se enfrentaban, peleaban con ellos, sí, así era. Pero se acaparon esos ti… esa gente, esa gente se acabó, orita ya viven bien, mhm, ora ya viven bien, ya no hay esa problema, ora ya.
del acto comunicativo: Entrevista a Rutilia Martínez Álvarez 7/6/2018
Rutilia Álvarez Martínez
Adela: Pero esto de que alegan en la pastorela.
Rutilia: Mira, esta pastorela que van alegar en castilla.
Adela: En castilla, ¿y siempre? ¿Antes no lo hacían un purépecha, siempre en castilla?
Rutilia: Siempre, siempre, siempre, sí, siempre. Cuando empezamos, y todavía es igual, en castilla. Orita es igual, porque está la bien scrito ese en castilla hasta para usted también puede escuchar pues. Ay ay ay yo ya no te la acordo por donde pues que ya te ya viene pues aquí a a la figuritas, ah (ríe)
Rosalba: Sí, pues me estaba diciendo de este que...
Rutilia: Este es la músico, es a un músico [ajá], pero nos estaba explicando que este tiene, como es el diablo cuando es una persona, le estaba explicando a Rosalba.
Rosalba: Ajá, me estaba diciendo…
Zuleyma: ¿Por las botas no?
Adela: Que las botas
Rutilia: Ah mira, ah, esa es de esa ah es de la músicos ¿vedá? que la pone, porque uno se la que está bajando de la pantalón y uno subiendo para arriba bota y uno pues no está subiendo sino está bajando la pantalón (ríe). Y porque siempre ese traía e pues la bota de la músico [ah].
Rutilia: Sí, así es, así es. Y namás este yo quería pues que quiero hacer así porque al fin por la pura imaginación, eso no tiene molde, eso de a puro de a mano.
Rosa María Ávalos Gómez
ROSA: Eh en casa, vivía anteriormente en otro domicilio donde no estoy, me cambié. Una ocasión, por la tarde, ya estaba oscuro y en la puerta de la casa… estaba parada una niña. Muy delgadita, con la cara desfigurada ah…quiso acercarse hacía mí, pero… yo pensé en mi hija, yo tenía una niña muy pequeña en la cuna y ella como que quería… acercarse a la cuna de mi hija. Eh… yo traté de evitar que avanzara y al tocarla sentí mucho escalofrío. Yo pensé que esa niña se había salido de alguna casa [mhm] que [carraspea] a lo mejor la tenían encerrada y no la dejaban salir porque estaba desfigurada de la cara [mhm]. Entonces era tanto mi temor de que se acercara a mi hija, porque yo no sabía con qué intenciones iba, que yo la rechacé y la fui este… eh empujando hacia la puerta. Salió de espaldas, entonces al llegar a la puerta yo ya la perdí de vista, pero mi escalofrío seguía en todo mi cuerpo. Posteriormente yo le platiqué a mi hijo y me dijo, dice:
—Mamá, yo creí que estaba soñando, porque esa niña salió de mi cuarto.
Entonces para mí ha sido siempre esa interrogante ¿qué hacía esa niña ahí?, ¿por qué estaba desfigurada?, ¿por qué me dio tanto miedo? S… Pudo haber sido el el temor que llegara a donde estaba mi hija [mhm] o era… un ser que yo no… defino ni comprendo que era [mhm]. Entonces sigue siendo mi interrogante hasta el día de hoy.
Elsa Aparicio Morales
Suzette Selena García San Luis
Yo esa experiencia pues no la olvido, porque iba un perro negro atrás de nosotros y le digo a mi papá:
—¡Oye, papá! Ese perro no es de nosotros.
Dice:
—Pues ha de ser de alguno de tus tíos.
Y nosotros nos quedamos con esa actitud, pero ya después al poco tiempo íbamos bajando una vereda y vimos que ese perro se fue de lado y después ya no lo vimos. Y luego mi papá por curiosidad empezó a preguntar que si no venía alguien con un perro así de tal lado y así, y pues que no. Pero cuando el ese perro se bajó en la vereda, los perros y el burro empezaron como a brincotear. Entonces decía mi papá que a lo mejor venía un nahual o algunas cosas que a veces uno no se explica. Y yo en el cuerpo —muy personal— así como que sentía mucho frío. O sea, sientes una actitud muy diferente cuando pasas por ese tipo de cosas.
Pedro Antonio Guzmán
Por eso aquí los biólogos que trabajan en la Secretaría de Pesca ya nos decían no, ya nos puso la veda, que ustedes están acabando el pescado. Y como ellos son que saben qué estudien, quién sabe, a lo mejor yo me imagino porque un señor me platicó, vino un señor aquí de Tierra caliente que trabajaba la madera, eraba muy trabajador, pero que si así andaba como que sabía mucho en ese tiempo cuando aquí se puso la veda, y no pus este mero vamos a llevar a Pátzcuaro [inaudible] y como ese señor si eraba necio, por eso yo me imaginaba este no es ningún señor estudiado, que tiene su disciplina, no, este es
como cualquiera de nosotros. Nosotros como, o como yo que no se leer a lo mejor pudiera hacer eso, decir cosas, lo que no o agredir a una persona, algo pues, pero pus uno por pensar o por sentir no queda pues allí estar diciendo una cosa a nosotros que somos de aquí, porque nosotros aquí vivimos y aquí nacimos, y ahorita estamos aquí [risas]. Por eso el general Lázaro Cárdenas, él dijo, cuando él dijo no esté lago es pa los isleños, y el campo es pa la ranchería, ellos por eso ahí están las tierras, por eso él quito a los hacienderos, aquí había un haciendero en el fondo todavía quién sabe si lo vieron, está la casa grande con un kiosquito arriba, de dos pisos, ahí estaba otro haciendero aquí en Napizaro, ahí estaba otro haciendero un lado medio de Eronga, Juricho, ahí estaba otro haciendero. Pero ya cuando no sé que era, eraba como un soldado, un policía, o no sé quién les mandó eso pero ellos de ahí se corrieron luego luego y ya dejaron sus haciendas, ya cuando yo alcanzó verlos aquí ya nomás estaba la pura pared, ya nada de allá, ya todo se había caído pues, ya nomás estaba la pura...el muro. Ahí pues y ese señor pus si nos traía muy mal, ya nos empezó a robar los redes y el chinchorro, el chichorro que nos daba el chinchorro de arrastres, yo creo que así lo entiendes ustedes o cómo lo entienden ustedes más mejor [así como el chinchorro, sí, sí], ¿sí?, el chinchorro de arrastre porque ahí le decían ahí en la Secretaría de Pesca ya no les voy a dejar de pescar porque ustedes arrastran todo, si pues, si arrastramos todo pero qué tanto, nomás aquí en la isla o íbamos más a este lado por Puácuaro, por Oponguio, en ese tiempo no decía nada la gente [mjm], éramos libre, por eso andábamos contento. Ellos se bajaban ahí los de, los de Jarácuaro ahí y se acomedían qué anda haciendo, aquí, yo les ayudo, órale pues. y le empezaba a jalar, y como ya descansaba un ratito vamos ándele pues usted, sacábamos un lance y ahí le dábamos una batidita de así chiquito de pescado, trucha, tiro, lo que sea ahí está, se iba contento, a sí muchas gracias este va a ser ya una comida ya ahorita, ahorita y pa mañana, no, este me alcanza bien. O a veces ¿todavía no se van a ir?, no, todavía aquí vamos a andar, entonces espérenos un ratito, él iba y ya traía tortillas con frijoles, no pus ya les traigo este, ¿cuánto?, no, no, yo les regalo también así como también me regalaron el pescado yo también les regalo, y nosotros también ya pus toma aquí otro pescado [risas], como pues así nada más usted también ya, aquí esta otro, él traiaba una bolsa o algo y ya pus lo echaba y ya se iba, Estábamos bien, pero ahorita ya no. Y más cuando andaba pues este la gente trabajadores de Secretaría de Pesca, echó a perder todo, porque no pues él decía no así no, y nosotros como este ya traían la policía con su
metralleta no, no, ustedes no obedecen. Nosotros muchas veces le explicamos sí obedecemos, sí entendemos, no nos juzgue tan tontos [mjm], que no sabemos leer no sabemos, pero si entender sí entendemos, pero que nos da de cambio de que no pesquemos, estamos dispuesto de no pescar un mes, dos meses, o como muchos días pero manténganos pues [sí, claro], cómpranos maíz porque nosotros aquí ocupamos maíz pa hacer las tortillas, luego haber que nos va a dar frijoles o arroz o lo que sea, no, no, no hay dinero, no hay dinero, no hay dinero. Entonces los niños pa la escuela con qué, no a mí que me importa, ustedes para que tienen sus hijos, háganle como ustedes quieran a mí eso no me importa, si estudia si no estudia, si come si no come, eso no me importa, yo lo que les digo es que ya no van a pescar.

